En nuestra vida encontramos personas que llamamos amistades, amigos, compañeros, camaradas, colegas, etc.................
Dentro de los "supuestos amigos" casi siempre hay envidias, rivalidades, intereses, falsedades que ocasionan desconfianza y nos obligan a ser cautelosos aun despues de conocerlos mas ampliamente porque cuanto mas conocemos a una persona mas conocemos sus defectos y sus virtudes.
Los verdaderos amigos son escasos y asi como en el amor hay varios tipos, como el amigo intimo ahora de moda entre los jovenes.
Nuestros verdaderos amigos siempre estan presentes en las adversidades y en nuestras penas y nos acompañan aunque no puedan resolver nuestros problemas y su presencia disminuye nuestra ansiedad permitiendo mejores reflexiones sobre todo al hablar con ellos.
Los amigos no tienen intereses especiales, al contrario, nos acompañan sin pedir nada a cambio, nos escuchan y nos conocen y aceptan nuestra forma de ser y nuestros errores al igual que nos cuentan los suyos.
Entre las muchas formas de amistad, ahora los jovenes tienen amistades con "derecho" y "cariñosas". En nuestros tiempos se llamaban de otra forma.
Reconocer al verdadero amigo es dificil y muchas veces esto lo logramos en situaciones complicadas y es en esos momentos donde realmente valoramos su sinceridad y su deseo de ayudarnos.
Según las diferentes clases de comunicación, las amistades pueden ser: -malas, cuando se fundan en la comunicación de deleites carnales (por lo que. si en el mismo matrimonio no hubiese otra clase de comunicación, no merecería el nombre de amistad); -frívolas, cuando se fundan en la comunicación de los bienes de los sentidos (como el placer de contemplar la hermosura, de escuchar una voz melodiosa), o de dotes frívolas (esto es, de ciertas habilidades vanas que los espíritus superficiales consideran perfecciones); -y buenas, cuando se fundan en cualidades espirituales, como la virtud (prudencia, discreción, fortaleza, justicia).
3° La amistad espiritual
Entre éstas amistades buenas se encuentran las amistades espirituales, que no sólo se fundan en el simple amor de caridad (que es una virtud que debemos a todo hombre), sino en la comunicación de sus aspiraciones v afectos espirituales, en la devoción y perfección cristiana, que dos o tres almas, unidas por este lazo, buscan formando un sólo espíritu entre sí. Sin descuidar las amistades buenas que la naturaleza o los propios deberes obligan a cultivar entre parientes, allegados, bienhechores, vecinos v otros semejantes, es necesario, por lo que mira a las amistades elegidas expresamente por uno mismo, no contraer sino amistades espirituale